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Condena la Arquidiócesis de Xalapa la quema del altar de la Virgen de Guadalupe en mercado San José…

Este acto vandálico ofende la fe de los creyentes católicos; piden orar por la conversión de los participantes en el atentado de un símbolo que da unidad y concordia.

Por Irineo Pérez Melo

Xalapa, Ver., La Arquidiócesis de Xalapa lamentó profundamente y condenó enérgicamente el acto de profanación religiosa en la que unos jóvenes quemaron el altar de la virgen de Guadalupe que se encontraba en la entrada principal del Mercado Alcalde y García, mejor conocido como Mercado San José.

Este acto vandálico, efectuado en la madrugada del pasado 20 de junio del año en curso, ofende la fe de los creyentes católicos, refiere en un comunicado de prensa emitido por la Oficina de Comunicación Social de esta asociación religiosa.

“Es muy lamentable que existan dos atentados y que impere prácticamente la ley de la selva”, señala el documento, signado por el presbítero José Manuel Suazo Reyes.

“Oremos por la conversión de quienes cobijados por las tinieblas de la maldad agreden de esta manera los símbolos religiosos de nuestro pueblo y atentaron contra la imagen de la Virgen de Guadalupe, madre de los mexicanos y símbolo religioso que nos da unidad y concordia”, se añade en el comunicado.

Por otro lado, se refiere a la incertidumbre que se vive actualmente, en donde las víctimas del COVID-19 en nuestro país superan ya los 20 mil y, reconocido por la misma autoridad, las cifras reales podrían ser mayores.

“No sabemos a ciencia cierta cuándo terminará esta tragedia descontrolada, el número de desempleados ha crecido exponencialmente y se reconocer que aumentará el número de pobres, en varios millones, en nuestro país; la economía anda muy mal y no faltan los discursos encantadores que además de estar lejos de la realidad, solo provocan fastidio y molestia social”, se añade.

Se resalta el peligro que nos acecha actualmente que es el de querer huir al compromiso de vivir cristianamente y contaminarse con algunas mentalidades contemporáneas. Como cuando ante situaciones de hostilidad se adopta la posición más cómoda para conducirse por el pensamiento de lo políticamente correcto.

“Se “dice o se hace” lo que quieren oír o ver los demás; se adopta en definitiva una posición de conveniencia. Un comportamiento como este, es lo que conduce a las personas a negar a Dios y a traicionar a los seres humanos.

La vida divina que se nos ha dado por medio de la gracia y el estilo de vivir cristiano, son dones que hay que custodiar continuamente para no perderlos; son tesoros que hay que defender ante cualquier asalto del mal: dones que hay que reconquistar en caso de que se pierdan y de hacer crecer con el ejercicio de una vida virtuosa, se señala, por último.

 

 

 

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