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Obra plástica en catedral, gran documento filosófico y teológico del XVII.

Obra plástica en catedral, gran documento filosófico y teológico del XVII

Karina de la Paz Reyes Díaz 

Uno de los grandes documentos filosóficos y teológicos del siglo XVII novohispano no es un texto verbal sino uno plástico, se trata de la cúpula del altar de Los Reyes en la Catedral de Puebla, que pintó Cristóbal de Villalpando, planteó Verónica Volkow, del Seminario de Hermenéutica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 

La especialista en las relaciones poesía-pintura participó con la conferencia “La revolución de la ascensión permanente”, en el Simposio Internacional “Diálogos: filosofía y literatura”, organizado por la Cátedra de Excelencia “José Martí” de la Universidad Veracruzana (UV), y que se desarrolló del 20 al 22 de octubre. 

En su opinión, la compleja obra plástica citada es una respuesta a una álgida confrontación filosófica y científica de la época: “Llama la atención que en la década de los ochenta del XVII novohispano, en medio del fragor de la polémica científica que enfrentó a don Carlos de Sigüenza y Góngora –defensor de la nueva concepción mecanicista sobre el universo– contra el tradicionalista Eusebio Francisco Kino, una cúpula barroca fuera pintada por Cristóbal de Villalpando en el altar de Los Reyes de la Catedral de Puebla. Obra que, al abordar el tema del cosmos, pareciera desde su ejercicio imaginativo participar en esta discusión”. 

De acuerdo con la escritora y académica, esta cúpula entabla una relación dialógica con varios poemas de la época. En ese tenor, hizo un minucioso esbozo del programa iconográfico de la pintura, el cual le sorprendió dada su complejidad que “sólo nos podemos explicar como una singular respuesta desde la creatividad artística a esta álgida confrontación filosófica y científica”, insistió.  

Es más, para ella, “por los numerosos temas iconográficos que articula, la cúpula de Villalpando responde al hecho de que, tras la revolución científica moderna, diversas concepciones del mundo tenían que coexistir reunidas; sin embargo, frente a la rígida oposición entre los contrincantes novohispanos, este cosmograma poblano diseña un tertium datum que toma elementos de ambos sin cederle la última palabra a ninguno”. 

Como se citó antes, hizo una minuciosa explicación de la ambiciosa pintura, un cosmos multidimensional, lo cual es parte de su próximo libro. 

Obra plástica que Volkow comparó con una partitura barroca, toda vez que sumó varias voces independientes, con sus respectivas visiones del cosmos. En el marco de eso, es que habló de varias obras, como Primero sueño y villancicos de Sor Juana. 

“Sor Juana sólo logra modestamente hablar ‘tejas abajo’, no puede descifrar el cielo; pero la cúpula, en cambio, sí rompe los celestiales tejados y los pinta, siendo su mirada superior en altura a la del sueño de Anábasis de la poetisa. Dentro de una continuidad hiperbólica, podríamos considerar a la pintura como ese poema teológico místico que Primero sueño atisbó, pero que no alcanzó a cristalizar.” 

Para la también poeta y ensayista, Villalpando montó sobre el techo fracturado de Primero sueño para mostrar una visión espiritual superior y ya unificada, “equivalente a la que relataban los más grandes místicos, tanto renacentistas como barrocos, tanto católicos como protestantes”. 

La conferencia fue moderada por la académica adscrita al Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias de la UV, Martha Munguía Zatarain. 

Ésta y el resto de las actividades del Simposio Internacional “Diálogos: filosofía y literatura” están disponibles en la página de Facebook de la Cátedra de Excelencia “José Martí” de la UV. 

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