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Crisis sanitaria por COVID-19 evidencia carencia de insumos médicos, desempleo e incremento de violencia: Iglesia Católica…

Gobierno, empresarios y sociedad, debemos generar condiciones para evitar mueran miles de empleos.

Violencia no está en cuarentena, suman 14 mil asesinatos y violencia intrafamiliar ha incrementado.

Ante proximidad de comicios 2021, se deben fortalecer el INE y los tribunales electorales.

Por Irineo Pérez Melo

Xalapa, ver., La crisis sanitaria, provocada por el COVID-19, ha evidenciado en nuestro país la necesidad de fortalecer el sistema de salud, la falta de insumos suficientes a los asistentes sanitarios y la urgencia del acceso a los servicios de salud para todos; la cifra de personas enfermas y fallecidas a los largo y ancho del territorio nacional sigue en aumento.

Lo anterior se desprende del mensaje dado por el Episcopado Mexicano, intitulado “Abrazar a nuestro pueblo en su dolor”, se destaca la necesidad de informar de manera transparente sobre la extensión del contagio y su evolución, así como del número de muertes que causa. Será oportuno que la aplicación de pruebas sea amplia, constante y expedita.

Dicho mensaje difundido por la Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, destaca el papel insustituible de la familia y su capacidad extraordinaria para proporcionar cuidados a los enfermos y a los más vulnerables.

“Es fundamental, que la labor de las familias junto con la entrega, hasta dar la vida, por parte de numerosos agentes sanitarios, sea ampliamente reconocida y correspondida por todos: gobierno, Iglesia y sociedad civil”, señala el comunicado firmado por el presbítero José Manuel Suazo Reyes.

Refiere también que la suspensión de muchas actividades productivas está dañando el empleo y el ingreso de millones de hermanos.

“Según cifras oficiales, casi 10 mil empresas cerraron durante abril y mayo, más de 12 millones de trabajadores dejaron de tener ingresos tan solo en el mes de abril y el número de pobres va en aumento acercándose al 60 % de la población nacional”, se señala.

El mensaje refiere: urge, señalan los obispos, “que todos los sectores competentes, gobierno, empresarios y sociedad, generemos condiciones que modifiquen el escenario desolador que estamos viviendo: no podemos dejar morir las fuentes de empleo.

Los obispos hacen un llamado a los gobernantes y legisladores “para que propongan de manera creativa y oportuna, las mejores soluciones y los incentivos imprescindibles que permitan sortear los difíciles meses de cuarentena para el sector productivo”, se agrega.

“Ningún sector de la sociedad puede quedar marginado en las políticas públicas de rescate y apoyo por esta pandemia, especialmente los pueblos originarios y la población migrante”.

Por otro lado, se indica que durante la pandemia la violencia es única que no está en cuarentena y sigue su estela de muerte e inhumanidad en todo México. Suman ya 14 mil asesinatos en lo que va del año. Además, “la violencia intrafamiliar se ha recrudecido”.

“Es obligación del Estado hacer efectiva la justicia que implica la seguridad de los ciudadanos, el castigo a los culpables de la violencia y del crimen organizado, sin hacer excepciones en la aplicación del Estado de Derecho”. Corrupción e impunidad son un binomio que caminan de la mano, y que nos siguen desafiando en México, se indica.

Además, a este escenario “se caracteriza por la falta de diálogo entre los actores políticos, la polarización ideológica, y el riesgo de una insuficiente división de los poderes públicos que debilita los siempre necesarios contrapesos democráticos”.

“La Iglesia se solidariza con los comunicadores que valientemente expresan sus opiniones con verdad y agudeza”.

Ante la proximidad del inicio de los procesos electorales de 2021, “la Iglesia hace un llamado al pueblo de México y a todos los actores políticos y sociales responsables, para que se fortalezcan y se cuiden las instituciones autónomas del Estado, en especial el Instituto Nacional Electoral (INE), así como los tribunales electorales”.

Para la Iglesia la democracia auténtica merece una alta consideración en tanto que asegura la participación ciudadana en las opciones políticas y garantiza el control de los gobernados sobre sus gobernantes, así como la posibilidad de sustituirlos de manera pacífica.

“Como Pastores, dicen, ‘nos incumbe impulsar y motivar la participación ciudadana, informada y crítica a la luz de la Doctrina social de la Iglesia. No dejaremos de promover que la sociedad civil contribuya con su parte a la promoción del bien común, de manera pacífica, ordenada y responsable”.

Por cuanto hace a la cuestión educativa, los obispos reconocen el esfuerzo de muchos padres de familia, maestros y directivos que continúan, en la medida de lo posible con la formación de nuestra gente.

“Hoy, es evidente que la educación no se reduce al ámbito de la escuela. Los primeros responsables de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, son sus progenitores y tutores, quienes asumen, en primera persona el cuidado y el acompañamiento de los menores”.

En estos últimos meses, agregan los obispos, “se han manifestado, las grandes carencias y desigualdades del Sistema Educativo Nacional.

Por ello, llamamos a replantear la política social, con el fin de encauzar nuestros principales esfuerzos de inversión de recursos, talento y creatividad, en este sector vital para nuestro desarrollo”.

“Es fundamental para el regreso a la nueva normalidad escolar, el apoyo decidido y concreto en la reestructuración de espacios, herramientas, métodos educativos y acuerdos entre los agentes de las distintas comunidades del País”. “La promoción de la educación, en sus diferentes niveles, es una de las tareas principales del Estado, que no puede reducirse tan drásticamente con argumentos de austeridad”, se indica, por último.

 

 

 

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