Alarmante caída de precios del azúcar preocupa a sectores productivos de la región centro del estado…

De seguir esta línea, se tendrá una crisis económica similar a la vivida en el 2013.

Por Irineo Pérez Melo

Xalapa, Ver., Es evidente la preocupación que existe en los diferentes sectores productivos de la zona centro de la entidad por la alarmante caída de los precios del azúcar, la cual de seguir la misma se tendrá una crisis económica en el ramo similar a la vivida en el 2013.

De acuerdo a la información proporcionada por la Unión Estatal de Cañeros-CNPR, refiere que el comportamiento del precio de azúcar estándar por bulto de azúcar en las principales centrales de abasto del ciclo azucarero 2018-2019, ha descendido de manera alarmante, al grado tal que las luces rojas se han encendido.

Al 10 de diciembre del presente año, el bulto de azúcar se cotizó en la Ciudad de México en $537.83, más del 50% de lo registrado en ese mismo mes en el 2017; mientras que en la ciudad de Guadalajara, $550.00; en Toluca $544.67 y en la ciudad de Puebla, $ 539.50 el bulto, lo que significa una caída del precio de entre $240.10, $245.43 y $250.60 respectivamente.

La preocupación es evidente en la zona centro del estado, porque la economía regional se centra en la actividad cañera, que es la que da rejuego económico a esta vasta zona, al cual le está pegando fuertemente este problema, derivado por la sobre producción de azúcar; la caída del consumo doméstico de la azúcar mexicana; las reducciones de exportaciones del dulce mexicano al mercado americano y por la entrada indiscriminada y ofensiva de 2 millones de toneladas de fructuosa de maíz anuales.

Se informó que de continuar esta situación, se vivirá una situación similar a la vivida en el 2013, en donde el bulto de azúcar se llegó a cotizar en $310.00 lo que propiciará que los productores ya no zafren, pues les resulta oneroso hacerlo, al no redituarles ganancias, lo cual este problema impactará de manera negativa en la economía de la región.

Finalmente, insistieron en que los gobiernos federal y estatal deben establecer mecanismos para evitar mayores daños a la economía de los productores de la gramínea y, sobre todo, para que el impacto de la caída de los precios no repercuta en los demás sectores productivos que se encuentran ligados a esta agroindustria.