Es una actividad ilícita muy lucrativa que compite a nivel mundial con el tráfico de drogas y de armas.
Por Irineo Pérez Melo
Xalapa, Ver., La trata de personas va en aumento y es tan cotidiano que se vuelve invisible; es “una actividad ilícita que anualmente mueve miles de millones de dólares en el mundo y se ha convertido en una actividad criminal muy lucrativa que compite a nivel mundial con el tráfico de drogas y de armas.
“…un gramo de coca se vende sólo una vez, una mujer 45 veces al día”. La trata de personas tiene como objeto la explotación de personas en cualquiera de sus formas o la limitación de la libertad individual. Las víctimas pueden ser mujeres, hombres, niñas o niños, señalan las autoridades de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Lo anterior se desprende del documento emitido el pasado 30 de julio del año en curso.
Por esta institución, en donde los obispos abordan este asunto, en donde refieren que es un delito del que se habla poco, pero que forma parte de los problemas de la humanidad actual.
El documento La Trata: una llaga en el cuerpo de la humanidad, es firmado por el Presidente de los obispos mexicanos y Arzobispo de Monterrey, Mons. Rogelio Cabrera López, el obispo de Ciudad Juárez y responsable de la movilidad humana, Mons. José Guadalupe Torres Campos y por Mons. Alfonso Miranda G. Guardiola, secretario de la CEM y es difundido por la oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa.
La trata de personas tiene como objeto la explotación de personas en cualquiera de sus formas o la limitación de la libertad individual. Las víctimas pueden ser mujeres, hombres, niñas o niños, refiere el documento.
Señala que los reclutadores utilizan mecanismos de poder para convencer a sus víctimas. “Son personas sin escrúpulos que pueden vivir o estar muy cerca de sus víctimas; siempre van a aprovechar la situación de vulnerabilidad para enganchar a las personas”.
En el documento los prelados mexicanos mencionan que estos victimarios utilizan el engaño y la manipulación con un rostro de amabilidad; suelen ofrecer regalos, dinero, viajes o muy buenas oportunidades de empleo. No se descarta que utilicen también métodos como el sometimiento con violencia o el rapto.
Menciona que con la ratificación del Protocolo de Palermo el Estado Mexicano se comprometió ante la comunidad internacional a combatir la trata de personas y a desarrollar respuestas conjuntas en materia de prevención, protección y procesamiento. Ciertamente faltan acciones efectivas, que requieren de la colaboración y la coordinación de la sociedad civil, las iglesias, el sector empresarial y los medios de comunicación.
Recuerdan los obispos que, a principios del 2015, el Papa Francisco dedicó su mensaje anual para la Jornada Mundial de la Paz a la lucha contra la Trata de Personas: “Estamos frente a un fenómeno mundial que sobrepasa las competencias de una sola comunidad o nación”.
“No podemos mantenernos indiferentes ante esta “llaga” que supura y daña el cuerpo de la humanidad y de la Iglesia”, concluyen los obispos.
Finalmente, se indica que no se puede aceptar la explotación, no podemos acostumbrarnos al sufrimiento. Se debe promover la cultura de la denuncia. Mientras la trata de personas permanezca oculta, los traficantes de personas continuarán actuando con impunidad.
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